Fuego.
En su retina
tu imagen
se evapora
en la cortina
de agua.
Paró el tiempo,
habló en claves
de silencio;
Todo, menos tierra.
¡Todo menos tierra!
Quiso tu piel, besó tu cuerpo.
En tus labios sus versos, su alma.
Vértigo.
Aferrándote, cerraste la puerta.
Caída, no volverá a volar.
Y en su mano, una pluma,
para el recuerdo.
Hélène Laurent